Las fincas de olivar que dan origen a nuestro Aceite de Oliva Virgen Extra, Manuel Coca Morán, se encuentran localizadas en la comarca del Ato Guadalquivir, al noroeste de la ciudad de Córdoba y a una altitud de más de 350 metros sobre el nivel del mar en plena campiña andaluza. Siendo principalmente el municipio de Bujalance el dinamizador urbano que ampara la organización y los trabajos de labranza y cultivo de nuestros pagos.
Amparados en un clima mediterráneo, por el valle del Guadalquivir penetra la influencia húmeda atlántica agudizada con rasgos de continentalidad. Con más de 2.900 horas de sol al año, una temperatura media de 18,3 grados centígrados y unas precipitaciones anuales de 500 mililitros, hacen de nuestros cultivos un cimiento ideal para la elaboración de los aceites de oliva Gourmet Club mejores del mundo.
Nuestro olivar
Pasión por la tierra
El paisaje de nuestros pagos se caracteriza por una orografía con suaves colinas muy fértiles dedicadas sobre todo al cultivo del olivar y responden a una manta de olivos que abrigan el horizonte y «entre los olivos, los cortijos blancos», que escribiera el poeta Antonio Machado. En este paisaje de pendientes suaves de margas y arcillas se localizan las fincas Los Ranales, Sendajos, El Cerro y La Silera donde seleccionamos y después recolectamos las aceitunas con las que elaboramos nuestro Aceite Virgen Extra de la más alta calidad procedente de la variedad Picual.
Orgullo de ser cosecheros
Pasión por la naturaleza
Nuestro olivar lo forman muchos olivos centenarios de dos pies cultivados de forma tradicional en marco real, su amplio marco de plantación, le facilita tomar los nutrientes del suelo, le da espacio para recibir la luz del sol, le genera una buena ventilación y le facilita la insolación interior de la copa.
Nuestro compromiso con el futuro nos responsabiliza para implicarnos en la reutilización y el reciclaje de residuos plásticos en el medio rural, es importante concienciarnos para evitar que la escalada invasiva del plástico alteren los patrones de alimentación y reproducción de los animales y llegue a nuestros platos.
De la tierra a la mesa
Pasión por la gastronomía
La comida es cultura cuando se produce, cuando se prepara y cuando se consume. Así se comporta el aceite de oliva, como un embajador en los mejores restaurantes y mercados gastronómicos del mundo. La transmisión de un compromiso con la tierra que lo ha visto nacer, con los elementos con los cuales se combina y con las expresiones que denota cuando se consume, lo convierten en un ser social con personalidad propia que tiene como misión llevar la tradición española a todas las mesas del mundo.
Actualmente, entender de aceites, es decir, diferenciar su zona de procedencia, la variedad de aceituna, y apreciar sus diferentes matices, se está convirtiendo en una nota de distinción y en una obligación para todos.
Pasión por la salud, y la dieta cardiosaludable
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Nuestro aceite puede ser perfecto para cualquier ocasión, desde un bonito regalo corporativo hasta acompañar a la oferta gastronómica vanguardista en los mejores restaurantes y mercados internacionales.